DIVERSIDAD CULTURAL
La
cultura, en su rica diversidad, posee un valor intrínseco tanto para el
desarrollo como para la cohesión social y la paz.
La diversidad cultural es una fuerza
motriz del desarrollo, no sólo en lo que respecta al crecimiento económico,
sino como medio de tener una vida intelectual, afectiva, moral y espiritual más
enriquecedora. Esta diversidad es un componente indispensable para reducir la
pobreza y alcanzar la meta del desarrollo sostenible, gracias, entre otros, al
dispositivo normativo, hoy día ya completo, elaborado en el ámbito cultural.
Simultáneamente,
el reconocimiento de la diversidad cultural – mediante una utilización
innovadora de los medios y de los TIC en particular – lleva al diálogo entre
civilizaciones y culturas, al respeto y a la comprensión mutua.
Por
consiguiente, el fomento de la diversidad cultural – "patrimonio cultural
de la humanidad" (Declaración Universal de la UNESCO sobre la Diversidad
Cultural, 2001) y su corolario, el diálogo, constituye un verdadero reto en el
mundo de hoy y se sitúa en el núcleo mismo del mandato de la UNESCO.
Muchos estados consideran que la
diversidad de culturas es parte del patrimonio común de la humanidad y tienen
políticas o actitudes favorables a ella.
La Declaración Universal de la UNESCO
sobre la Diversidad Cultural , adoptada por UNESCO en noviembre de 2001 , se refiere a la diversidad cultural en
una amplia variedad de contextos y el proyecto de Convención sobre la Diversidad
Cultural elaborado por la Red Internacional de Políticas
Culturales prevé la cooperación entre las
partes en un número de esos asuntos.
La diversidad cultural refleja la multiplicidad e interacción de las
culturas que coexisten en el mundo y que, por ende, forman parte del patrimonio
común de la humanidad. Según la UNESCO, la diversidad cultural es "para el
género humano, tan necesaria como la diversidad biológica para los organismos
vivos".
La diversidad cultural se manifiesta por la diversidad del lenguaje, de
las creencias religiosas, de las prácticas del manejo de la tierra, en el arte,
en la música, en la estructura social, en la selección de los cultivos, en la
dieta y en todo número concebible de otros atributos de la sociedad humana.
La defensa
cultural
La defensa de la diversidad cultural se basa en el sano equilibrio que debe
de lograrse con la ayuda de los diferentes grupos culturales que existen en el
mundo, pero sin afectar a terceros o exceptuar alguna cultura. La excepción
cultural pone de relieve la especificidad de los productos y servicios
culturales, incluido el reconocimiento especial por parte de la Unión Europea , en su Declaración sobre la Diversidad
Cultural. Existen alrededor del mundo diferentes organizaciones, como lo es la
UNESCO que temen sobre la tendencia hacia una uniformidad cultural, como prueba
de ellos se pueden mencionar la desaparición de diferentes lenguas y de
dialectos, como lo es las lenguas de Francia sin protección jurídica alguna que
haga valer el derecho y que sobre todo realicen su permanencia; también podemos
tomar como ejemplo el aumento de la preeminencia cultural de los Estados Unidos
a través de la manera en que distribuye de sus productos de cine, televisión,
cantantes, accesorios, ropa y productos de comida promovidos por los mismos
medios de comunicación. Existen actualmente diferentes organizaciones
internacionales que su trabajo se basa en la protección de las sociedades y de
las culturas que se encuentran amenazadas por la extinción, incluyendo Survival
International y la UNESCO. La Declaración Universal de la UNESCO sobre la
Diversidad Cultural, adoptada por 185 Estados miembros en 2001, constituye el
primer instrumento normativo internacional para preservar y promover la
diversidad cultural y el diálogo intercultural.
La cultura es una hermosa diversidad que posee un
valor muy importante tanto para el desarrollo como para la unión social y la
paz. La diversidad cultural es la fuerza del desarrollo sostenible no solo para
el crecimiento económico, sino para un complemento intelectual y moral. Así
mismo, esta diversidad es un componente indispensable para reducir la pobreza y
alcanzar la meta de un mejor desarrollo en la sociedad. Hablar de diversidad
cultural es hablar de los reconocimientos que han impulsado los pueblos
indígenas, o algunos fenómenos sociales como la migración o la globalización.
La cultura es una parte fundamental de la sociedad y el mundo puesto que se
refiere a las formas en que se expresan los diferentes grupos en una sociedad
que manifiestan su forma de pensar a través de distintos modos de creación
artística, producción y distribución de distintas ideas.
Diferencia
entre diversidad cultural y diferencia cultural
De acuerdo al marco conceptual para La Diversidad
Cultural publicada en el marco de la Campaña nacional por la diversidad
cultural de México, "no es lo mismo hablar de diferencia que de diversidad
cultural. Si hablamos de diferencia, tenemos un punto obligado de referencia.
Somos diferentes en algo específico. Cuando se usa el concepto de diversidad,
por el contrario, cada persona, cada grupo, cada comunidad necesita hablar de
lo que es, de sus haberes, sus recursos, sus historias y proyectos, en suma, de
su identidad. Porque lo diverso se define en relación consigo mismo y en
relación con los otros, con los diferentes".
Identidad
cultural
La identidad cultural es un elemento que muestra la diversidad
cultural como punto de partida y motor de la constante reconstitución de las
culturas.
La identidad es la afirmación, reconocimiento y
vinculación con la realidad de los sujetos que se constituyen y forman en las
distintas culturas. La identidad nos sitúa respecto del otro, al afirmar la
singularidad distintiva con base en la que creamos y recreamos un sistema
específico de significación, ya sea personal, comunitario o social,
adscribiendo así pertenencia étnica y lingüística; posiciona a los sujetos en
un intercambio de prácticas culturales en el que actúan, se relacionan y
proyectan. Así, la identidad forma parte de la cultura y a su vez le da sentido
y consistencia. Si la identidad parte del reconocimiento de uno mismo, el
sentido del yo proporciona una unidad a la personalidad que, para formarse,
necesita la presencia del otro que lo transforma y moldea a la vez.
Se reconocia a la identidad como un espacio personal,
frontera subjetiva de acciones particulares en relación inextricable con el entorno
social que permite construir el concepto de sí mismo. Ahora bien, se considera
que la presencia de los otros como parte de la constitución de la identidad
personal incluye un conjunto de relaciones en que se da la identidad grupal; es
decir, el espacio social y subjetivo. Así, la identidad colectiva se construye
con la apropiación del conocimiento obtenido por las experiencias en distintas
instituciones —la familia, la escuela, la religión, el trabajo—, las cuales el
individuo adapta, asume y recrea.
La
cultura, su defensa, su protección y su definición
Hoy la cultura irrumpe en nuestras conversaciones como
uno de los temas de mayor importancia del mundo contemporáneo. Para muchos
grupos y colectivos la cultura es una identidad entendida como resistencia
frente a un mundo global e interdependiente que homogeneiza de una punta a otra
del planeta todas las costumbres y tradiciones. En algunos lugares la cultura
es el nudo de numerosos conflictos de convivencia, de muchos malentendidos
identitarios. La cultura se nombra también para referirnos al patrimonio (de
los conocimientos y de los productos) que a lo largo del tiempo han ido
configurando nuestras realidades. A veces la Cultura es así, en mayúsculas, la
representación de lo mejor y más valioso de ese patrimonio, un legado que es
necesario conservar, que pertenece a todos y que por ello debe ser transmitido,
aprendido e interiorizado.
Multiculturalidad
La
multiculturalidad implica la coexistencia de diversas culturas en un
determinado territorio y puede entenderse como el reconocimiento del otro como distinto,
pero no necesariamente implica el establecimiento de relaciones igualitarias
entre los grupos. La historia muestra cómo se ha exigido a los otros
desaparecer en tanto grupo cultural, ya sea por medio del etnocidio directo
como por medio de modalidades menos violentas, aunque con el mismo objetivo; al
respecto, destacan la asimilación y la integración como políticas adoptadas por
los Estados nacionales frente a sus pueblos originarios .
Interculturalidad
se entiende como un proyecto social amplio, una postura filosófica y un
funcionamiento cotidiano ante la vida; constituye una alternativa que induce a
replantear y reorganizar el orden social, porque insiste en la comunicación
justa entre las culturas como figuras del mundo y recalca la importancia de
dejar libres espacios y tiempos para que dichas figuras puedan convertirse en
mundos reales. Por ende, la interculturalidad reconoce al otro como diferente.
No lo borra ni lo aparta sino que busca comprenderlo, dialogar con él y
respetarlo. La existencia de una sociedad intercultural lleva a considerar
marcos de convivencia que permitan la comunicación entre individuos y grupos
sociales culturalmente diferentes. Sin duda los derechos humanos son el asidero
más cercano a estos marcos inacabados, entendidos como una construcción
histórico-cultural, al reconocer su instrumentalización imperialista por parte
de gobiernos y Estados occidentales, pero potenciando su dimensión ética, en
tanto memoria de lucha por los derechos del hombre.
Países
superdiversos
La diversidad cultural es difícil de cuantificar, pero
un buen indicador es el cuantificar el número de lenguas habladas en una región
o en el mundo como un todo. En el estudio que Sarúkhan et al publicaron se
retoma el estudio llamado Ethnologue (Gordon, 2005) en donde se listan los
siguientes países como aquellos con mayor número de lenguas habladas en su
territorio: Papúa Nueva Guinea (820 lenguas), Indonesia (737), Nigeria (510),
India (415), México (291), Camerún (279), China (235), Australia (231), República
Democrática del Congo (214), Brasil (188), Filipinas (171), Estados Unidos de
América (162),y Perú (47).
Requerimientos
de tratos especiales
Actualmente es de reconocimiento general que la diversidad cultural forma
parte del patrimonio común de la humanidad, y que la producción y
disponibilidad de una diversidad de bienes económicos y servicios culturales procedentes
de fuentes nacionales y extranjeras introducen externalidades positivas, es decir, ventajas
sociales y culturales que superan el valor puramente comercial de esos bienes y
servicios. Por esa razón, en la Declaración universal de la UNESCO sobre la diversidad cultural, por
ejemplo, se reconoce que los bienes y servicios culturales no deben tratarse
simplemente como productos básicos o bienes de consumo.
Por consiguiente, los gobiernos deben fomentar que haya una amplia
disponibilidad de contenido cultural variado. Un marco internacional eficaz
aseguraría que sus obligaciones y derechos en virtud de acuerdos
internacionales den cabida y apoyo a su capacidad para materializar en el
ámbito nacional los beneficios de la diversidad cultural.
A escala local, la Agenda 21 de la cultura, primer documento con vocación mundial que establece las bases de un
compromiso de las ciudades y los gobiernos locales para el desarrollo cultural,
apoya a las autoridades locales comprometidas con la diversidad cultural.
CONCLUSION
La nación es el incorporarse a una forma de vida, es una
cultura de continuidad, con un territorio real. El estado es conjunto de normas
y leyes para crear orden entre los miembros. Es una forma de hacer las cosas
donde hay un mando. El Estado- nación es la unión de los dos conceptos
anteriores, está conformado entonces, por normas y leyes, una territorio, una
población y las relaciones que hay entre ellos. Es una nueva forma de vida que
da un sentido de pertenencia a los miembros de este. El estado plural es la unión
de las naciones para un fin común. Por ejemplo, la ONU, conformada por diversos
países, cuyo principal objetivo es preservar la paz mundial. El Estado plural
busca una equidad entre los miembros donde todos estén incluidos.
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